“De repente me di cuenta de una cosa. Del hecho de que me había pasado la vida usando una cámara para crear una ciudad fotográfica, un mapa fotográfico ... en cierto modo se parece a un rompecabezas, pero a diferencia de éste, no hay límite para la cantidad de piezas que contiene. No importa cuántas fotografías puedo tomar nunca estará completo".
Moriyama se inspira sobre todo en la vida en la calle, de día y de noche, y en la mezcla infinitamente heterogénea de personas que se mueven por la ciudad. Su trabajo está impulsado por un movimiento constante, de curiosidad y apetito. Se podría decir que él realiza las fotografías con el estómago.
Sara Walker y Louise Wolthers. ‘Daido Moriyama. A Diary - Hasselblad Award 2019, Hasselblad Foundation / Verlag der Buchhandlung Walther König, 2020’
“Siempre he pensado que el mundo es un lugar erótico… Para mí las ciudades son enormes cuerpos formados por los deseos de la gente. Y mientras busco mis propios deseos entre estos, secciono el tiempo para captar el momento.”
“Puede parecer que dirijo la cámara a aquello que tengo justo delante de mí. No obstante, intento fotografiar lo que la gente ve y no percibe, aquello misterioso y desconocido de la vida cotidiana”.
En 2015 escribe: "Estaba construyendo un Shangri-La personal, una ciudad que se ajusta a mi disposición natural, deseos e imaginación ... no una ciudad hermosa de sueños ... sino un mundo mundano, rebosante de una interacción confusa de personas y cosas."
"No tengo más opción que continuar fotografiando a diario, agregando tantas piezas como sea posible a esta ciudad virtual inacabada".
"Al final me di cuenta de que las calles abarrotadas son el único lugar donde puedo trabajar como fotógrafo".